Segunda clase de
Estrategias de Intervención, ¿qué hicimos hoy? ¡¡MÁSCARAS!! Hoy
nos dividimos en dos grupos, pares e impares según la lista de TO-01. Quedé en
el grupo al que le tocaron las máscaras, así que nos dirigimos al salón “Tomas
Fierro” ubicado en nuestra escuela. Es una sala que, personalmente, no me gusta
mucho, pues imita a una especie de laboratorio, con sillas y mesas altas,
estrecha para el trascurso de los alumnos. Pero precisamente por el trabajo que
teníamos que hacer hoy, fue una sala perfecta: los mesones altos si ayudaron
esta vez.
La
profesora nos entregó los materiales (vaselina, tiras de yeso, una fuente con
agua, papeles) y nos dio también las
indicaciones, así que formamos grupos y mientras dos compañeros se acostaban en
el mesón, otros dos le hacían su máscara (esta era de nuestros rostros). Ayudé
con una compañera, aprovechando de reír de cualquier cosa mientras
trabajábamos. Después, cuando llegó mi turno, dos compañeras trabajaron
haciendo la máscara en mi cara… es curioso como trabajamos en equipo y a veces
ni lo notamos. El primer paso era aplicar vaselina en el rostro para proteger
las cejas y la piel, pues el yeso al secarse, nos podría hacer daño. Después de
eso mojamos las tiras de yeso en la fuente con agua y comenzamos a ponerlas
sobre la cara, ordenándolas para cubrir toda la superficie. Cuando ya este paso
estaba listo, sólo quedaba esperar a que la MÁSCARA estuviese seca para poder
retirarla. Todos estuvimos entre diez a quince minutos con la máscara puesta,
mientras tanto aquellos que aún no hacían su máscara o simplemente, ya la
tenían lista, iban de mesón en mesón intentando hacer reír a los que estaban
con la máscara, sólo para molestar (¡¡con la máscara era imposible reírse,
aunque uno tuviese todas las ganas del mundo!!!) Estuve molestando un tiempo,
pero después me tocó a mí… ¡¡debo admitir que dolió reírse!!
Pienso
en lo importante que es trabajar en equipo. Así lo hicimos y fue un grato
momento compartido. Pudimos reírnos, conocernos, relajarnos y darnos un gusto
ensuciándonos las manos como unos niños.
Estas
instancias son fundamentales para nosotros, estudiantes de T.O. Por un lado
podemos desarrollar la motricidad fina al trabajar directamente con las manos y
los dedos, actividad que es primordial al momento de la rehabilitación. Por
otro además, podemos como grupo darnos el tiempo de conocernos, conversar,
trabajar como un equipo, acostumbrarnos a la idea de que nunca estaremos solos
trabajando, siempre estaremos acompañados de un equipo de especialistas que nos
ayudarán a entregarle lo mejor a la persona. Creo que es sumamente valioso que
estos momentos sean vividos conscientemente por nosotros y con esto me refiero
a que no sólo los veamos como una clase más, sino que le tomemos el peso a lo
que estas significan. No sólo valdrán una nota… son una verdadera capacitación,
un momento donde aprendemos a sensibilizarnos, a tomar en cuenta al otro, mirar
más allá de lo que se ve…
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