Jueves treinta de mayo… ¡Qué
rápido pasa el tiempo! Es jueves, tengo Estrategias de Intervención. Hay que
escribir en el blog, blog, blog. Nuestra clase de hoy nuevamente llenó el
ambiente de emociones, de sentimientos, de recuerdos, lágrimas, risas…. Una
experiencia que nos da la impresión de sentirnos renovados, fortalecidos y
comprendidos, tan solo porque podemos oírnos y respetarnos.
Los actores de hoy, eran el
segundo grupo, quienes debían llevar un objeto de valor emocional para ellos. Aquel
objeto que no regalarían, botarían o perderían por simple olvido. Algo que llevarían
al fin del mundo… ¿difícil no? Pero mis compañeros lo encontraron, aunque algunos
confesaron que les resultó complicado.
El profe dio indicaciones,
debían pararse al centro, contar qué era y porqué lo habían elegido y en un
acto simbólico, regalárselo a alguien del círculo en el que estaban todos
ellos. Uno a uno fueron contando historias, anécdotas, haciéndonos recordar nos
ellos momentos importantes, presentándonos a sus padres, abuelos, hermanos,
pololos… y todo a través de esos objetos…
La semana pasada, cuando el
profe les anunció qué debían traer esta semana, yo intenté elegir un objeto en
mi mente, sin poder hallarlo. Y hoy, cuando ellos mostraban cartas, peluches,
cadenas, anillos, aros, cajas, fotos, dibujos, me di cuenta que sí tenía muchos
objetos de valor a mi lado, sólo que no me había percatado de su importancia. Esa
importancia no estaba daba el objeto en sí, sino que esa importancia había sido
adquirida por la época, las personas, las fechas y los procesos que marcaron
ese “amuleto” para siempre en la vida de mis compañeros. Y las lágrimas
afloraron nuevamente… ¡Cuántas palabras y gestos traídos al presente, cuántos
recuerdos desempolvados! La emoción toma control de la escena.
Sin ninguna identidad aún sigo
siendo parte del público: mi momento será la próxima semana. Por ahora, me
conformo (y realmente quedo conforme) con mirar, observar, reflexionar acerca
de lo que mis compañeros hablan. A medida que los escucho me doy cuenta de lo valorable que es estar en un grupo,
sentirnos parte del… cuanta importancia tiene para un ser humano sentirse
miembro de un cuerpo. Esto nos hace diferentes, estoy segura. Sé que no es
habitual que con “los compañeros de la u” nos riamos y lloremos juntos, porque
hemos dejado abierto el corazón, permitiendo que entren aquellas personitas que
estamos conociendo. No, no pasa en todos lados.
Y es en estas instancias en
que somos parte, los unos de los otros. Nos sentimos queridos, apoyados,
respetados, no menospreciados por lo que creímos, nos sentimos confiados.
CONFIANZA. Dicen que cuando se pierde es difícil, si no imposible volverla a
tener… ¿Tan importante es? ¿Demora hacerla surgir? ¿Somos personas confiables?
Acá estamos para probarlo – probarnos. Estamos construyendo el camino a ser
profesionales de la salud, trabajaremos para las personas, ellas deben confiar
en nosotros… entonces no queda más que cultivarla si aún no la poseemos,
protegerla si somos seres confiables. Abonarla a diario para que siempre esté
fresca al servicio de los demás.
Excelente Javiera!!!!!
ResponderEliminarNo olvides incluir por lo menos 1 hipertexto en tus ebtradas.
Felicitaciones