jueves, 23 de mayo de 2013

Si es espontáneo, se disfruta más!

Este jueves fue especial. Llegué a clases unos minutos tarde y mis algunos de mis compañeros ya estaban en el centro de sala con muchos diarios y cintas adhesivas. ¿Con qué fin? No teníamos idea. Lo único que sabíamos era que sólo algunos compañeros trabajarían hoy, los demás "observaríamos"... lo que no es muy motivador que digamos. Pero en fin, la clase había comenzado...
El título de esta entrada tiene una razón: la clase de hoy fue espontánea, sorpresiva, interesante, motivadora, definitivamente superó mis expectativas...
Como estaba contando, menos de la mitad de mis compañeros estaban en un círculo en el centro de la sala. El profe explicó que tendrían que hacer un objeto que representara a quienes eran fundamentales en sus vidas, a quienes admiraban o le debían su razón de ser. El trabajo se realizaba en unos 20 minutos y después  debían compartir con el resto, por qué motivos habían elegido tal y tal persona.
La clase transcurrió en silencio y pensé, reiteradas veces en ella, que era algo que comúnmente, no se disfruta en una clase en el colegio, ni menos en la universidad. La profes Erna siempre nos insta a trabajar en silencio pero creo que no lo habíamos logrado... hasta ahora. ¿Cuán beneficioso será trabajar en silencio para mí, o para la persona con quien esté trabajando? Sin duda el silencio ayuda a reflexionar, a ordenar los pensamientos y a recordar las motivaciones. Creo que será una buena opción para mí en el futuro, sin duda también lo será para las personas que asistan a la terapia con que los asistiré. Seguramente el momento que estén pasando requerirá de mucha reflexión de por medio....
Pasaron los minutos y el profesor a cargo, Félix, anunció que el tiempo había acabado. Todos debíamos acercarnos al círculo ahora y una compañera al azar fue elegida para contarnos que había creado.
El profe Félix tuvo la intención de simular un teatro: yo fui el público esta vez y ella ahora, en el centro de la sala oscura, era la actriz. Cuando nos habló del teatro al inicio de la clase, nos propuso que esta sesión fuese al "ESTILO GRIEGO", una verdadera ceremonia donde las emociones debían primar. Y creo que la mayoría pudimos sentirla.
Uno a uno, mis compañeros hablaron acerca de sus abuelos, hermanos, hermanas, padres, cantantes, hombres que han marcado la historia, Dios...
Con mucha confianza abrieron su mente y corazón para contarnos cosas dolorosas, tristes, recuerdos muy alegres y entre lágrimas, derramaron la emoción muchas veces reprimida. ¡Qué clase tan espontánea! si hasta después pudimos comentar cómo nos habíamos sentido... Pensé mucho en la conexión y los lazos que formábamos en esas instancias, a veces sin darnos cuenta. Nos conocemos hace aproximadamente tres meses, todos tenemos un grupo con el que más compartimos, gente más cercana que otra, pero la experiencia vivida hoy rompió toda barrera, prejuicio, distancia. No sabía que estudiando Terapia Ocupacional, era necesario que pasáramos primero por una terapia, una verdadera terapia.




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